Me chiflan los zuecos de Elena Ferro. Los descubrí gracias a la Fundación Centro Galego da Artesanía e do Deseño, un escaparate donde suelo encontrar piezas únicas de artesanos gallegos.
Si de la ‘zoqueira’ Elena Ferro me asombra su capacidad para reinventar el oficio que aprendió de su abuelo y de su padre, de la Fundación Centro Galego da Artesanía e do Deseño me pasma el empeño inmenso que ponen en descubrir mil y una maneras de ir hacia el futuro a través del pasado: lo mismo organizan una Muestra de Artesanía en el corazón de Ourense que presentan su stand en la Feria Formex de Estocolmo, donde están estos días. Y así todo el año.
Así que ¡felicidades! A Elena y al resto de artesanos que apuestan por la modernidad con los ojos de la tradición; y a la Fundación Artesanía de Galicia, porque los ayuda y apoya.
El vestido de Desigual es herencia de una buena amiga a la que nunca le digo a nada que no. Porque a los amigos se les cuida siempre. ¡Gracias por estar ahí, os debo una caña!
P.D. La alfombra de la foto es un felpudo de IKEA y los tobillitos de cristal, míos 😉
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